"Amigas para siempre", circa 1995
Decidimos hacer nuestra propia versión, porque justo nosotras también eramos cuatro. La top del grupo ponía su departamento duplex como locación, y grababamos con su cámara. Creo que fueron dos fines de semana de duro trabajo, pero lo más complejo fue el casting, lógico. La top, que era rubia, iba bárbaro con el physic-du-rol de Thora Birch; el personaje que se la pasaba leyendo novelas y escribiendo lo hacía nuestra amiga intelectualoid. Claramente yo tenía que hacer de Christina Ricci, no sólo por mi parecido físico sino también porque en una de las escenas la pobre chica, que se había desarrollado antes que las demás, se trataba de achatar las tetas usando cinta adhesiva. Yo me sentía muy identificada con el personaje, pero en nuestro grupo había una especie de "escala de valores": cada una tenía su status. Nadie, nadie quería hacer de la gordita. Y como en la escala yo iba última, se resolvió durante una clase de plástica en el colegio, que la gordita iba a ser yo. Me deprimí, lo confieso, pero acepté el rol estoicamente, porque en ese momento ya hacía un taller de teatro y sabía que todos los personajes son importantísimos y desafiantes (bullshit, obvio).
Bueno, pintó nostalgia en éste sábado gris y húmedo. Me puse a buscar información acerca de la chiquita ésta, la gorda de la película. Porque vieron que es la única del grupo que después no volvió a trabajar. Pero lógico: es que se había muerto. No sin antes drogarse y hacer fiestas swinger.
Sin ánimos de ofender a nadie: la gordita la tenía clara.
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